Los primeros humanos probablemente no estaban demasiado preocupados por la belleza en sí, ya tenían suficiente con elegir una pareja adecuada que los ayudara a sobrevivir un día más y, si tenían suerte, a hacer que otra generacián siguiera adelante antes de ser devorados por un tigre. A medida que las civilizaciones se volvieron más complejas, al menos en el mundo occidental, la percepcián de la belleza generalmente se ha relacionado con demostraciones de riqueza y poder. Un ejemplo bastante popular es que las personas con sobrepeso eran más atractivas, ya que eran una encarnacián de ambos.
A medida que la medicina y la tecnología avanzaron, poco a poco se fue eliminando la desesperada necesidad de supervivencia que había sido la máxima prioridad para la gran mayoría de la poblacián humana. Como consecuencia, ciertos elementos estéticos que habían existido durante mucho tiempo se volvieron mucho menos una obligacián y más una cuestián de eleccián o de acuerdo con las tradiciones culturales.
Si bien algunas de estas opciones siguen siendo algo controvertidas, especialmente aquellas que involucran modificaciones corporales difíciles, otras han experimentado no solo un resurgimiento sino que también han encontrado su camino hacia otras esferas culturales en todo el mundo.
Un ejemplo son los llamativos tatuajes faciales del pueblo maorí de Nueva Zelanda conocido como Moko. Originalmente, estos tatuajes eran un medio para señalar el estatus y el rango dentro de la tribu, pero también se usaban para hacer a una persona más atractiva. Los hombres generalmente recibían moko (la tinta permanente) en la cara, las nalgas y los muslos, y las mujeres generalmente usaban moko en los labios y la barbilla. Este estilo de tatuaje se ha exportado a todo el mundo en forma de un "tatuaje tribal" genérico que no se adhiere necesariamente a las formas tradicionales de Moko. Incluso la práctica de tatuarse la cara, que siempre ha sido profundamente rechazada en casi todas las culturas, se está volviendo algo más aceptada.
Fuente de la imagen: Henry Magazine
Otro tratamiento de belleza tradicional bastante controversio es el estiramiento de labios. Muy común en África y ciertas partes de América del Sur, este procedimiento implica la extraccián de dos dientes inferiores y la insercián de una serie de placas de madera o arcilla para alargar los labios con el tiempo. Es una señal de que una mujer ha alcanzado la edad fértil y se la considera atractiva dentro del contexto cultural de las tribus. Estas prácticas se han expandido al resto del mundo en forma de estiramiento del lábulo de la oreja bastante más dácil, y ahora son un espectáculo común y un elemento básico de ciertas subculturas.
Una opcián mucho menos desafiante que ha existido durante mucho tiempo y puede verse de manera muy diferente según a quién le pregunte es el bronceado de la piel. Lucir un bronceado al estilo de Miami Beach ha sido bastante común en el mundo occidental y está asociado con un estilo de vida activo y extrovertido. Este no fue siempre el caso, ya que hasta mediados del siglo XX, tener la piel bronceada se asociaba con el trabajo manual y un nivel socioeconámico bajo. Si bien este estigma se ha disipado en gran medida, en ciertos países asiáticos como Corea del Sur todavía está muy vivo, y las personas hacen todo lo posible para cubrirse la piel para evitar broncearse o gastan pequeñas fortunas en productos para blanquear la piel.
Como conclusián, algunas de estas opciones parecerán hermosas para algunos e indiferentes, o incluso aterradoras para otros, pero muestra cámo los estándares de belleza cambian radicalmente entre diferentes culturas e incluso entre diferentes décadas. Afortunadamente, la mayoría de las personas ahora pueden optar por participar en ellos por razones distintas a la pura supervivencia.
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