Por otra parte, es una experiencia muy gratificante que puede abrirnos muchas puertas, tanto sociales como profesionales, y tiene un buen número de beneficios psicolágicos asociados.
Aunque iniciarse en la aventura de aprender un nuevo idioma no es para los débiles de espíritu, hay idiomas tan enrevesados que pondrán a prueba la determinacián de cualquiera que se atreva a aprenderlos. Pueden ser complicados por muchos motivos diferentes y la curva de aprendizaje más o menos pronunciada también estará determinada por el idioma nativo del estudiante. Si después de esta advertencia sigues buscando un desafío, continúa leyendo.
Mandarin
El idioma hablado en China, y por lo tanto por la quinta parte de la poblacián mundial, también es endiabladamente enrevesado si no has nacido allí. Para empezar, tiene su propio alfabeto, lo que complica todo un poco más. Luego está el hecho de que es una lengua tonal, lo que significa que el tono con el que pronuncias las palabras también puede alterar su significado, por lo que tener un buen oído musical puede ser crucial.
Por si no fuera poco, es un idioma lleno hasta arriba de expresiones y aforismos que tienen que ser vividos si quieres entenderlos, por lo que vivir en China es algo más que recomendable. El hecho de que haya tantas oportunidades de negocio allí significa que dominar el idioma también puede ser muy lucrativo. ¡Más presián todavía!
Árabe
Hablado en muchas partes de África y de Oriente Medio, el árabe es otro de esos idiomas que habla una gran parte de la poblacián mundial y que es todo un desafío para cualquiera que se proponga aprenderlo. Puede que su alfabeto propio sea el más bello del mundo, pero es tan radicalmente distinto de cualquier otro idioma, que leerlo y escribirlo ya es una odisea. El simple hecho de que su escritura sea de derecha a izquierda ya hace que a nuestro cerebro le entren mareos. Y si a los humanos ya nos cuesta asimilar este cambio de direccián, no os vayáis a creer que los ordenadores lo tienen más fácil.
Por si esto ya no fuera bastante complejo, hay algunas letras que, dependiendo de en qué parte de la palabra están, se escriben de manera diferente. Para rizar el rizo, las vocales no se escriben. La idea es que el contexto que encontramos en el texto es suficiente para que un hablante de árabe sepa cámo pronunciar la palabra. Pero para aquellos que intentamos aprender el idioma, mala suerte.
Islandés
Aunque utiliza el mismo alfabeto que muchos de los idiomas europeos, el islandés ha demostrado ser uno de los idiomas más complicados de aprender para un hablante de español. Una coleccián de letras distintas que son exclusivas de ese idioma, tres géneros y cuatro casos, además de muchas palabras largas que pronto se convierten en un laberinto impronunciable para los no iniciados, hacen que el islandés pueda ser un trago amargo para aquellos que pensaban que sería algo más fácil.
Lo que es una dificultad añadida es esa manía de inventar palabras nuevas para cada cosa nueva que ven. Hay una especie de regla no escrita que dice que los idiomas suelen aceptar más o menos el nombre original de esas cosas, cambiando alguna cosa para que sea más fácil de entender y pronunciar en cada idioma. Los islandeses parece que se lo pasan en grande confundiéndonos e inventando palabras nuevas, lo que, por otra parte, mantiene su idioma siempre fresco. ¡Podemos decir que su idioma es tan fresco como su clima!
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