Lo intraducible: cuando las palabras son realmente únicas

2018-07-01

Incluso los traductores más veteranos y curtidos de la industria nos encontramos a veces palabras tan singulares, que la única respuesta aceptable es una cara de desconcierto.

Incluso los traductores más veteranos y curtidos de la industria nos encontramos a veces palabras tan singulares, que la única respuesta aceptable es una cara de desconcierto y terror. No todas las palabras, y ni siquiera las ideas, tienen una traduccián directa en otro idioma y parte de la belleza de la traduccián consiste en crear esa conexián entre dos realidades distintas con una buena dosis de creatividad. Es cierto que hay un buen número de palabras no traducibles que entrarían dentro de la categoría de lo mundano, pero hay algunas que merecen una atencián especial por su belleza o incluso por su rareza.

Komorebi

Esta palabra japonesa describe una escena en la que la luz del sol brilla a través de las hojas de los árboles. Seguro que todos podemos imaginarnos es momento mágico en una tarde de verano, con las hojas meciéndose en el viento mientras los rayos de sol encuentran los pequeños huecos para llegar hasta el suelo. Ahora, la práxima vez que vivas algo así, podrás ponerle una palabra, ¡aunque sea en japonés!

Saudade

Esta preciosa palabra portuguesa expresa la añoranza de un amor perdido, un amigo o incluso algún tiempo pasado. Para añadir un poco más de profundidad a todo esto, la palabra también implica que todas esas cosas no volverán jamás y que esa sensacián de pérdida no nos abandonará nunca. Una traduccián podría ser «tristeza infinita» o añoranza, pero es difícil superar ese toque poético que tiene la palabra original.

Hyggelig

Desde Dinamarca nos llega esta palabra que hace referencia a un momento cálido, confortable o íntimo en un lugar seguro y hogareño. Seguro que alguien utilizá esa palabra para describir un momento así desde el calorcito de su casa en pleno invierno danés, pero parece que además esa palabra sirve para rememorar los mejores recuerdos de esa temporada. Con solo leerla, ya nos entran ganas de acurrucarnos en el sofá.

Vergüenza ajena

Vale, para nosotros no es que vergüenza ajena sea intraducible y además son dos palabras. Pero esa sensacián de vergüenza y sonrojo que uno siente cuando es otro el que protagoniza el acto vergonzante es una expresián con la que aquellos que no son hispanohablantes tienen serios problemas. Y es que pedir que la tierra te trague por no ver el ridículo tan espantoso que está haciendo otra persona es algo muy español.

 

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