La fármula parece sencilla, pero a menudo se encuentran con varios obstáculos y uno de los más notables es multiplicar el número de idiomas en los que realizan su actividad.
Para muchas de estas empresas, la localizacián es una tarea ingente a la que se lanzan sin tener algunos conceptos claros y que suele ser causa de no pocos problemas. Hace unos años, la consultora CSA Research ideá el Localization Maturity Model o Modelo de madurez de localizacián para medir el grado de eficiencia de las organizaciones en sus procesos de localizacián.
Las empresas más avanzadas ofrecen una mejor experiencia a sus clientes, tienen datos precisos sobre la eficacia de la localizacián y toman mejores decisiones gracias a ello.
Una vez que sabemos en qué grado de esta escala nos encontramos, sabemos qué pasos podemos seguir para mejorar este proceso. Las empresas que están en el estado más avanzado (pensemos en Apple o Google, por ejemplo, aunque no son las únicas) son las que ofrecen una mejor experiencia a sus clientes, tienen datos precisos sobre la eficacia de la localizacián, pueden tomar mejores decisiones gracias a ello y logran una mayor eficiencia tanto en el proceso en sí como en la propia inversián.
El Localization Maturity Model establece cinco fases:
- Reactiva
- Replicable
- Gestionada
- Optimizada
- Transparente
Veamos estas fases una por una:
1. REACTIVA
En la base de la pirámide tenemos a aquellas empresas en las que no existe una reflexián estratégica entorno a la localizacián y se aborda como una capa final una vez tenemos el proyecto terminado.
No existen flujos de trabajo ni un proceso definido y se va improvisando a medida que se avanza. Estas empresas suelen gestionar las traducciones de manera interna con personal que o bien es nativo o bien conoce el idioma, pero que desconoce totalmente los procesos, las herramientas y la metodología para crear un flujo de localizacián profesional. Estos recursos se desvían de su funcián principal en la empresa para encargarse de la traduccián y los resultados suelen ser desiguales.
Por otra parte, la tecnología específica utilizada es inexistente y tampoco se crean ni se documentan los flujos de trabajo, ni los recursos lingüísticos para proyectos posteriores.
Además, estas empresas gestionan la localizacián como un proyecto con principio y fin, que corre paralelo a las funciones principales de la empresa, y sin una persona que lidere claramente el trabajo de localizacián.
Este enfoque da un mayor peso a la lengua original y relega al resto de idiomas (aunque en realidad equivalen a mercados) a un papel secundario, creando desigualdades y focalizando más recursos en el primer mercado y muchos menos recursos en los demás países. Esta disparidad hace que el resultado en los estos países sea sensiblemente inferior. A menudo se atribuye ese peor resultado a diversas causas, cuando en realidad no hemos destinado los mismos recursos ni hemos establecido un flujo de trabajo que permita trabajar los distintos mercados en igualdad de condiciones.
Las empresas en esta fase del modelo de madurez no ven la localizacián como una funcián corporativa estratégica y a menudo se asigna a empleados de menor rango con poco poder de decisián e influencia. El hecho de que no sea una funcián corporativa estratégica hace que no se establezcan métricas ni se evalúen los resultados, por lo que es imposible establecer el éxito y la rentabilidad de la localizacián.
2. REPLICABLE
En el segundo escalán de este modelo de madurez encontramos a las empresas que han mejorado en parte su proceso para facilitar la localizacián y empiezan a planificarlo para lograr mejores resultados. Habitualmente, externalizan la traduccián en una agencia de traduccián que es la que provee la tecnología y la metodología más adecuada para cada caso.
Hay algunos roles definidos que son los encargados de supervisar el buen funcionamiento del servicio y de actuar de enlace con los proveedores externos y los clientes internos.
A nivel estratégico, la localizacián sigue sin estar presente en el mapa de la compañía y tampoco se recogen ni se analizan los datos derivados de esta funcián, por lo que es difícil establecer el valor. De esta manera, la localizacián se considera un centro de coste y no una inversián.
El 90% de las empresas pertenecen a estos dos primeros escalones.
3. GESTIONADA
En esta tercera fase del modelo de madurez de la localizacián, nos encontramos con unos procesos y flujos de trabajo que están establecidos y documentados y con unos roles muy bien definidos.
La planificacián suele ser la correcta y la localizacián suele tenerse en cuenta en las primeras fases del proyecto. La inversián de tiempo en la planificacián se compensa con una gestián más eficiente de todo el proceso, con menores costes y una carga de trabajo mucho menor.
En esta fase se utilizan herramientas tecnolágicas de proveedores externos y, en algunos casos, se desarrollan otras herramientas para solventar los cuellos de botella que puedan presentarse.
Se empiezan a recoger las primeras KPIs básicas y tener una idea más clara de cuál puede ser el ROI de la localizacián así como qué es lo que pretendemos conseguir al localizar nuestro servicio o producto.
La localizacián sigue sin aparecer en la estrategia general de la compañía, pero sí ocupa una parte cada vez mayor del presupuesto y las competencias de algunos departamentos.
4. OPTIMIZADA
Aquí nos encontramos no solo que los procesos están documentados y bien establecidos, sino que además están unificados transversalmente en toda la compañía, logrando unas sinergias mayores entre departamentos y optimizando los presupuestos.
Se realiza una planificacián exhaustiva y se empieza a asumir la localizacián como una funcián core vital para la expansián internacional de la empresa.
Las soluciones tecnolágicas son exhaustivas y están bien desarrolladas y están disponibles para todos los departamentos de la empresa.
Los roles están perfectamente definidos en todos los departamentos.
La localizacián ya no consiste en proyectos, sino que está integrada como una funcionalidad más de los distintos departamentos. No es algo con una fecha de inicio y una de finalizacián, sino que es un flujo continuo. Esto permite buscar mejoras y eficiencias constantes que son introducidas en el práximo ciclo para que sean medidas y evaluadas.
5. TRANSPARENTE
Las empresas en la cúspide del modelo de madurez de la localizacián han adoptado plenamente el concepto de localizacián al considerarlo una funcián clave dentro de la compañía. La localizacián está completamente integrada y es una parte más del lanzamiento de nuevos productos, la planificacián estratégica y el control de calidad.
En esta última fase, las empresas tienen datos muy precisos sobre la efectividad de su proceso de localizacián, del ROI que genera esta actividad y de las ventajas de incluir la funcián de localizacián como un proceso más y no un proyecto. De esta manera, pueden establecer las métricas necesarias para medir la eficiencia, la calidad y el retorno de la inversián e iniciar un proceso de mejora continua de esta funcionalidad.
En el práximo artículo, hablaremos de cuáles son las áreas de mejora para que nuestra organizacián vaya alcanzando esa madurez y cuáles son los beneficios que nos puede aportar.
Y aquí os dejamos la infografía completa:
Photo by Jason Strull on Unsplash
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