Volveremos a caminar por el mundo

"It was the best of times, it was the worst of times...”

Este es el famoso inicio de una de las obras maestras de la literatura universal: A Tale of Two Cities de Charles Dickens. Una obra que nos habla de los drásticos cambios sociales que iba a sufrir nuestra sociedad tras la revolucián francesa.

Hoy, 161 años después de su publicacián, el mundo vuelve a vivir una nueva época extraña y quizá estemos a las puertas de una nueva transformacián de nuestra sociedad. En medio de todo este tumulto, Kobalt cumple 10 años. Uno de los días más extraños que he vivido en los últimos tiempos.

En mitad de una de las peores crisis sanitarias, econámicas y sociales del último siglo, el hecho que una empresa llegue a sus diez años de vida es totalmente intrascendente. Incluso para los que trabajamos en ella.

Los eventos y las celebraciones, que parte del equipo llevaba tanto tiempo preparando, se han cancelado. Y eso tampoco importa. Tiempo habrá de celebrarlo y volver a estar todos juntos.

Pero hay algo que sí que considero que merece un reconocimiento por mi parte: el fantástico grupo de personas que han confiado y han participado de una manera u otra en este proyecto a lo largo de los años. Todos y cada uno de ellos han sido fundamentales para que hoy podamos celebrar nuestra primera década y decir, incluso en esta época, que los diez años nos sientan de maravilla.

Primero, el equipo de Kobalt. Tanto los que todo el mundo conoce, como aquellos que están en un segundo plano. Ellos han sido fundamentales y el éxito de esta empresa es gracias a ellos. El único mérito que me atribuyo a nivel personal es el de reconocer cuáles son mis limitaciones, saber ver en otros el talento que yo no tengo y luego dejarles trabajar y que aporten todas sus ideas, experiencia y conocimientos a este proyecto. Como se suele decir, a veces lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe. Pero tampoco sirve de nada si luego, no les haces caso y les dejas trabajar, claro.

En segundo lugar, esa magnífica red de colaboradores repartida por todos los rincones del mundo, que son unos auténticos apasionados de la lengua y la cultura. Verdaderos expertos en distintas industrias, desde la medicina hasta la moda, que aúnan todo su conocimiento para lograr que nuestros contenidos no tengan fronteras y que lleguen con la misma intencián a lugares muy distintos.

Por último, y no menos importante, a todos nuestros clientes con los que colaboramos en proyectos que van desde lo más sencillo a lo más complejo y que conjuntamente logramos hacer pequeñas grandes cosas juntos. A los que nos piden el más difícil todavía y a los que confían en nosotros cuando se nos ocurre alguna idea nueva para mejorar la manera en la que trabajamos todos juntos.

No me cabe duda de que todos saldremos de esta y que dentro de un tiempo volveremos a la normalidad. Pasará el tiempo y volveremos a tener las mismas ganas de celebrarlo que hace unas semanas. Y lo haremos como lo teníamos previsto e incluso mejor.

Hasta entonces, ¡gracias a todos y muchos ánimos!

P.D. El título lo he tomado prestado de uno de mis vídeos favoritos de todos los tiempos, sobre cámo un granjero huérfano de 14 años levantá un imperio. A veces, las crisis también esconden oportunidades.

Versián en español:

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